Obesidad infantil, la pandemia silenciosa.
- Eduardo Landa

- 21 jul 2020
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 5 abr 2021
Hasta mediados del siglo XX, desnutrición era sinónimo de bajo peso y siempre fue una condición de las clases sociales bajas. Incluso hoy la falta de educación hace que al promedio de la población la palabra desnutrición infantil represente un niño extremadamente flaco. Ya hace tiempo se sabe que la obesidad es otra forma de malnutrición, porque la alimentación excesiva del obeso frecuentemente no es armónica, sino que carece de múltiples nutrientes, por lo que es una verdadera malnutrición. Esta enfermedad (a diferencia de la malnutrición por escasa ingesta) además de tener alta incidencia en población de bajos recursos, cada vez tiene más prevalencia en poblaciones ricas.
Es importantísimo que los padres tengan conocimiento de las causas y consecuencias que tiene la obesidad en sus hijos. Está demostrado que la excesiva cantidad de grasa corporal durante la infancia sienta precedente en la salud durante la vida adulta, tanto en incidencia de enfermedad cardiovascular, diabetes, accidentes cerebro vascular, enfermedades osteo-articulares, enfermedades oncológicas (entre otras), todas estas generan una enorme mortalidad en la población y una disminución importantísima en la calidad de vida de las personas.
La buena noticia es que la obesidad no es una enfermedad incurable, el niño tiene la ventaja de estar en una etapa de la vida con gran gasto metabólico, por los que cambios en hábitos alimetarios y actividad física serian suficientes para normalizar el índice de grasa corporal.
Hablar de obesidad puede llevar horas, por eso en los próximos posts, profundizaremos más.






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