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Apto físico pediátrico

  • Foto del escritor: Eduardo Landa
    Eduardo Landa
  • 17 abr 2020
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 27 abr 2020


Los niños deben realizar actividad física recreativa como parte de sus hábitos de vida saludables. Los beneficios de la actividad física en los niños implican una mejor condición física (función cardiorrespiratoria y mayor fuerza muscular), reducción de la grasa corporal, disminución de riesgo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas. Es recomendable que los niños y jóvenes realicen un mínimo de 60 minutos diarios de actividades físicas en forma de desplazamientos, juegos, actividades recreativas, y educación física. El aumento de la incidencia de sobrepeso y obesidad en la población pediátrica ha hecho que las escuelas estimulen la actividad física. Para poder realizar la misma y disminuir los riesgos relacionados, se solicita que el niño presente un apto físico.



Para la realización de un apto físico se requiere una correcta anamnesis, examen físico completo y electrocardiograma. En determinados casos el cardiólogo infantil deberá realizar un ecocardiograma y/o ergometría. Nunca se otorgará aptos físicos sin valorar personalmente al paciente.


El objetivo del apto físico es determinar si el paciente está en condiciones de realizar determinada actividad (no es lo mismo un apto físico para realizar actividad recreativa en el jardín de infantes que otro para jugar al rugby de forma competitiva). En consecuencia, si bien es fundamental valorar la salud cardiovascular, se debe observar al niño de forma integral. El apto físico deberá estar orientado a:

  • Detectar factores que puedan ser riesgosos para la vida del paciente cuando realice determinado esfuerzo físico.

  • Detectar condiciones que puedan predisponer a lesiones durante el ejercicio.

  • Otorgar un marco legal al permiso para realizar actividad física.


El médico debe conocer los antecedentes personales del niño, tantos los cardiovasculares, los musculoesqueléticos, como los familiares, además deberá realizar un examen físico completo. El electrocardiograma forma parte de la evaluación, siendo importante para la detección de enfermedades que puedan tener impacto negativo sobre la actividad física. Cuando el cardiólogo considere necesario, se realizará electrocardiograma y/o ergometría.


Luego de la evaluación, al cardiólogo infantil se le pueden presentan varias situaciones:

  • El niño puede realizar la actividad física solicitada.

  • El médico deberá pedir estudios complementarios para otorgar el apto físico.

  • El paciente tiene predisposición a lesiones.

  • El paciente puede realizar actividad física si realiza tratamientos específicos (medicación, rehabilitación, vendajes).

  • Por condiciones de base el niño debe realizar una actividad diferente a la elegida.

  • En el caso de que por alguna enfermedad, el paciente no pueda realizar actividades físicas, se deberá buscar alternativas para que no tenga una vida sedentaria.

La gran mayoría de los pacientes que concurren al consultorio se encuentran dentro del primer grupo, sin embargo es importante que todos los niños y adolescentes tengan su control por cardiología infantil o por pediatría. Muchos pacientes realizan actividad física sin problemas y llevan una vida normal, sin embargo presentan determinadas condiciones que aumentan el riesgo de presentar complicaciones (desde arritmias, sincopes hasta muerte súbita).


Dr. Eduardo Landa

Pediatra especialista en cardiólogía infantil

Consultorio particular: O Higgins 2062 (Belgrano, Ciudad de Buenos Aires)

MN: 138728


 
 
 

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